Las danzas macabras expresaron el imaginario de la Edad Media. La Dança de la Muerte conforma un recorrido alegórico donde los invitados se contagian inevitablemente del llamado de la Muerte. Cada personaje acude con soslayo ante el presagio fatal pero la voz de la Muerte abarca las esferas de todo orden: ninguna grieta es posible para pasar inadvertido ante su dominio. La Muerte, figura central en esta obra, deviene como postrimería frente a una sociedad medieval en detrimento, una sociedad sacudida por la epidemia de la peste negra que requiere reflejarse a través de su composición social frente a la mirada de la Muerte. Es una obra antigua, escrita en un español rudimentario, conserva su vigencia bajo el sello del tiempo: sus ecos nos convidan a su danza.

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Semblanza del autor

Anónimo

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